Ser escritor es más que una actividad artística. Es la forma más pura de permanecer en el mundo y de reconocernos en él mientras transitamos nuestra vida.
Cuando comenzamos a escribir de forma aficionada, la transformación que nos invita a ser verdaderamente nosotros mismos y a encontrar nuestra esencia se vuelve un alivio; es la libertad de la creación que nos bautiza como escritores.
Entonces, como “escritores” entendemos que para alcanzar una mejor comprensión de la realidad e, incluso, de nosotros mismos; para organizar nuestros pensamientos y emociones; para poner en orden nuestras ideas, y por sobre todo, para divertirnos… Asumimos el impulso de escribir.
Como decía el poeta griego Odysséas Alepoudélis: “Escribo para que la muerte no tenga la última palabra”.
Sin embargo, ser escritor no implica solo usar lápiz y papel. Escribir es también observar, mirar alrededor, armar historias, construir argumentos, dar vida a personajes y hacer creíble una realidad propia y distinta, aunque sea en nuestras mentes. Imaginar representa una parte fundamental del proceso de escribir y es lo que hacemos en dDP.
Imaginamos libros y los volvemos realidad porque creemos que un escritor tiene en su poder “La libertad de decir”.
¿Y vos? ¿Por qué escribís?
Pablo E. Barroso